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Es 20 de Octubre y gente de toda índole se reúne en el Poble Espanyol con motivo del segundo concierto del Cruïlla de Tardor de Barcelona. Los granadinos Lori Meyers llegan a la Ciudad Condal para finalizar la gira correspondiente a su último álbum: En la Espiral, uno de los destacados del año en el indie español. Los que solemos escribir sobre música nos llenamos la boca siempre hablando de etiquetas para describir a las bandas. Creo que, al contrario de lo que se suele decir, no existe una razón musical para definir como indie a la música de Lori Meyers. Si bien, probablemente, al principio entraran dentro de la categoría al estar en discográficas independientes, ahora ya no tiene sentido esa etiqueta. Musicalmente los granadinos son un pop/ rock con gran presencia de guitarras, influencia de música añeja y mucho cuidado por las melodías.
En una carpa decorada con ornamentación floral y un ambiente alegre y ameno, el show ya se disponía a iniciarse. Como en toda la gira, Lori Meyers empezaron con Vértigo I, de su último álbum, una forma muy contenida de empezar, que no me parece demasiado aprovechada. Con temas como Planilandia o Evolución, empezaba a subir el nivel, pero no conseguía la complicidad del público mayoritario, sí de los mayores fans. La banda suena tal y como suena en el álbum, con las virtudes y los defectos correspondientes, pero para quien haya disfrutado de sus álbumes, su directo será más que provechoso. Hasta Luces de Neón no hubo una entrega total en la energía del público, la verdad es que es un temazo que hizo saltar y bailar a todo el recinto.
Aunque sea discutible por cuestión de gustos, creo que poca gente no estaría de acuerdo si dijera que Lori Meyers son una banda muy talentosa en la composición. Con melodías con mucha personalidad y amplio dominio de la modulación en los acordes, temas como Luciérnagas y Mariposas y Brilla el Sol se hacen pegadizos y agradables a la escucha.
Con parcas palabras, se van sucediendo diferentes canciones, como El Tiempo pasará o Impronta en un momento relajado del concierto, lleno de medio tiempos y temas lentos. Alejandro Méndez y Javier Doria (guitarra), Alfredo Núñez (batería), Miguel López (bajo) y J.J. Machuca (teclados), conforman un grupo instrumental sólido y efectivo, sin ser una banda espectacular o energética en los escenarios. La voz de Noni también suena perfectamente, pese a que, en mi opinión, deberían explotar más la presencia en el escenario y la interacción con el público.
No obstante, el show no para de mejorar. Temas como Emborracharme, Zona de Confort o ¿A-ha han vuelto? hacen que el ambiente sea festivo y mejoran esa falta de interacción con el público, muy activo en esta recta final, donde los grandes éxitos de la banda salen a la luz.
Acabando ¿A-ha han vuelto? empiezan a cantar “Mi mundo que es mi realidad”, verso de Mi Realidad, su más grande éxito, recibida con mucha potencia por todos los presentes. Después de desgañitarnos a cantar, los de Loja cierran con Pierdo el Control y Alta Fidelidad, canción muy adecuada para acabar, ya habitual y recibida espectacularmente por el público, el momento álgido de la noche sin duda.
En definitiva, Lori Meyers son una banda correcta en directo, que se crece con el público pero no lo hace crecer con demasiada interacción ni energía. Ellos se plantan en el escenario y adquieren un buen sonido, aprovechando sus temas. Si eres fan vas a disfrutar mucho, si no eres fan es posible que pases una buena noche, no sorprenden, pero sus temas hablan por ellos y hacen que sean una banda interesante sobre el escenario.