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Interpol es una de esas bandas con gran prestigio, que encandilaron a la crítica mundial con su debut Turn On The Bright Lights allá por 2002, en la época dorada del panorama indie, álbum del cual iban a interpretar en su totalidad. Personalmente, yo asistía a este concierto con ganas, por cubrir un evento de tal calibre, pero con una sensación agridulce, ya que nunca he llegado a conectar con la música de los neoyorkinos del modo en que sus fans lo hacen. Como banda que crea sensaciones contradictorias, Interpol genera fans acérrimos y algunos detractores, tanto de la música como de la popularidad que han conseguido, cosa que los indies más conservadores probablemente les achacan más.
Con un aceptable retraso, el evento fue transcurriendo, empezando por la actuación de It’s Not Not, banda barcelonesa que dieron el toque energético a la noche. Un grupo con un sorprendente brío en las presentaciones en directo. Fueron energéticos y bastante precisos, aunque también la sensación desde el público era que aún podían explotar más su ya de por si interesante presencia en directo, con algo más de espectáculo preparado. Cabe destacar su vocalista, que no paró de moverse por el escenario e incluso bajar a la pista con el público, cuyas ganas y actitud suplían con creces una voz que igual flojea en técnica vocal, pese a sonar efectiva. El resto del miembros del grupo, de la batería al bajo, fueron correctos y nos dejaron un buen sabor de boca para empezar la noche. Con unos temas que no dudan en llegar a la experimentación en los arreglos pero que a veces pueden sonar algo genéricos. Suficientes para pasar un gran rato.
El directo de los cabezas de cartel de la noche es bastante diferente. Nada más salir, Interpol demuestran una elegancia y presencia en el escenario poco habituales, cosa que te hace pensar que lo bueno solo acaba de empezar. Y, bueno, es así, en parte. Su sonido es lleno y hace entrar en ambiente rápidamente, pero lo que rápido viene, rápido se va. Mi sensación como un invitado no muy fan de la banda no fue totalmente positiva. Si bien su directo es efectivo y gozan de gran presencia escénica, su interpretación en directo no es rompedora ni emocionante, yo no vi ese plus que deben poner las bandas en directo para aportar algo diferencial respecto al sonido de estudio.
El inicio con Untitled, canción de su importantísimo debut y la entrada de los músicos al escenario con el juego de luces es excepcional , de una elegancia suprema, cosa que los estadounidenses tienen, son expertos en construir un lenguaje visual que complete su música. Como ya he mencionado, el inicio del concierto fue algo memorable para los mayores admiradores de la banda, el cual siguió con una prematura Obstacle 1, una de las canciones célebres de los norteamericanos.
La noche fue en una dirección interesante, creando un concierto absolutamente para fans. NYC, PDA y Say Hello to the Angels no podían faltar, que levantó bastante a un público bastante entregado para un evento de este calibre. Definitivamente la energía del público no respondía a la energía del escenario, donde los neoyorkinos flojean más. Apenas unas parcas palabras de Paul Banks en un muy buen español configuraron la totalidad de la brevísima interacción con el público.
Temas como Hands Away, una rara Obstacle 2, Roland o The New fueron avanzando la setlist, rarezas que los fans agradecerían una barbaridad, algo que es reacción (creo) más de las propias canciones que de la forma en que fueron presentadas en directo, probablemente. La voz de Paul Banks impecable, la guitarra de Daniel Kressler efectiva y la batería de Sam Fogarino estuvieron a la altura, no tanto la energía o la emoción que tenían que haber impregnado a esas tan especiales canciones.
Leif Erikson, Specialist, Not Even Jail ya iban concluyendo el concierto. A las que se sumaron Slow Hands, Take You On a Cruise, Lights y, la canción que cerró el concierto: Evil. Probablemente una forma no demasiado energética de terminar un show.
Concluyendo. Fui como intruso de una fiesta creada para fans clásicos de una banda experimentada y no pude sentir lo que sintieron ellos. Probablemente haya sido el mejor concierto de la vida de algún fan, pero estoy aquí para dar mi opinión sobre el concierto, no sobre el clásico debut de Interpol. Definitivamente, para mi fue un directo correcto, pero lejísimos de ser memorable o alabado, con una elegancia que es de admirar, eso si. Y los admiradores de su álbum debut seguro que salieron encantados.