Julia Stone. Fotografías: Jaume Maneja.

Entramos al elegante recinto del Festival Jardins de Pedralbes con cierta expectación por ver a este exitoso grupo de indie folk australiano. Reconocemos el festival, que, como cada año, sigue vistiéndose de gala, mostrando una personalidad muy solemne, que se complementa con la vestimenta y aspecto de los asistentes, como si estuviéramos asistiendo a la ópera, custodiados por una puerta de arco al fondo de una larga alfombra roja. Ya lo dije en otros artículos y lo vuelvo a repetir después, el ambiente de este festival favorece muchísimo el género acústico, la música tranquila, para escuchar, sentir y disfrutar, como una degustación de sonidos. Y calidad sonora es lo que les sobra a Julia Stone y su hermano, acompañados de una más que correcta banda.

Los australianos suben al escenario con los primeros acordes de Draw Your Swords, una canción maravillosa de cuando hacían un folk ambiental mucho más puro que en sus últimos álbumes. Una potentísima canción de desamor excelentemente interpretada, nada mejor para empezar el concierto.

A este inicio le siguen temas como Snow, Oakwood, Private Lawns y Nothing Else donde se puede percibir de forma muy clara sus dos caras. El conjunto australiano ha evolucionado hacia una influencia clara del movimiento indie, algo muy visible en su último álbum, creando contrastes entre diferentes canciones del concierto. Así, en el show, se puede disfrutar de un repaso completo a toda su discografía, pudiendo escuchar canciones muy rítmicas, en las que la batería lleva la batuta e incluso se puede agitar un poco la cabeza con canciones en las que sólo los dos y sus guitarras están presentes, algo que a mí no me molesta para nada.

De cara al público, los australianos no dudaron en interactuar generosamente, haciendo los deberes en casa y llevando multitud de expresiones en catalán que nos sacaron una sonrisa a más de uno. Con Grizzly Bear vuelven a tener un cierto groove, una canción que me recuerda un poco al estilo de Dire Straits, con su correspondiente solo de teclado, para seguir con Santa Monica Dream, otra vez volviendo al folk acústico, en el que se formó un ambiente realmente mágico.

Cuando más se acercaban a sus temas clásicos, más calor recibían del público, que cantaba de forma asidua sus canciones, al menos para lo que es el estándar del festival. Angus & Julia Stone son un placer para escuchar en vivo, sus armonías ganan muchísimo y la calidad de texturas sonoras es mucho más satisfactoria que en el álbum. Así se vio muchísimo en temas como Wasted, Who Do You Think You Are o el hit Big Jet Plane, una canción muy sencilla que sonó realmente acertada gracias a la buena interpretación de su violinista.

Así los australianos cierran su concierto con canciones como su versión de Uptown Folks, la melancólica For You y Wherever You Are de su álbum homónimo, acabando como empezaron, con esa personalidad tan ambiental, casi como una terapia compuesta de melodías. Un ajustado concierto de 90 minutos en el que se defiende realmente bien su material y el tiempo se pasa volando, dejándote con ganas de más.