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Foto: Jordi Laguía Morales
Hace ya unos días, saltó la noticia en Instagram: Andrés, el bajista de Banana Duck, se despide de la banda.
Tras el primer shock leemos y releemos el texto casi sin creerlo.
Sí, Andrés se va.
Y con él, una parte de la historia de Banana Duck.
A partir de ahora hablaré en primera persona, ahora soy yo, Jordi y voy a hablar como periodista musical, por supuesto, pero, ante todo, como fan.
Como alicantino que se mueve en el mundillo del pop punk (antes más que ahora, para qué mentir), es prácticamente imposible que no te suene Banana Duck. O bueno, si eres un poco viejo y ya te rascas las canas de esa larga barba hipster, Blindes.
Después de conocer a Suso, cantante y guitarrista de Banana Duck y hablar largo y tendido de música, fue inevitable acabar oyendo a fondo su grupo e ir a partirse un poco las piernas en sus conciertos.
A la larga, y gracias también a un proyecto como La MusiKalité, la relación con Banana Duck no fue sólo de fan y grupo, se acabó desarrollando una relación profesional y amistosa gracias a entrevistas, charlas y, para qué mentir, ir a conciertos como un loco.
A lo tonto, han pasado algunos años desde entonces, años en los que, en cada directo, teníamos a Andrés en el público, como el que más, saltando con nosotros, conectando con sus fans, abriéndose un poco a nosotros en los acústicos…
Si habéis ido a algún concierto de Banana Duck, sabéis que Andrés es el que más hablaba, el que guiaba al público e instaba a cantar, saltar, hacer los coros y demás. Una pieza clave de sus alabados directos.
Es realmente una noticia triste ver esta despedida, pero no todo es malo y, como bien se dice, cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. Hemos hablado con Banana Duck (tenemos una entrevista en el horno) y os podemos decir que se van a comer el mundo… al menos hambre les sobra.
Y… joder, no vamos a dejar de ver a Andrés, seguiremos empujándonos con él entre el público, gritando con él las letras de Banana, solo que ahora… con otra perspectiva.
Te echaremos de menos, pero ahora eres uno más de esta Pequeña Gran Familia.
Fdo: Jordi Laguía Morales
Foto de Banana durante los días de grabación de Flashback en Barcelona
Aún recuerdo mi reacción al leer la noticia justo cuando salía del trabajo y sentir como un pequeño nudo en la garganta, para mí Banana Duck siempre han sido en particular desde hace años tres personas, y desde hace un par de añitos, mi fan interior acogió a Martín con los brazos abiertos como si hubiera estado siempre. Por eso me resulta diferente que Andrés no esté, pero sobre todo apoyo al grupo en todas las decisiones que tomen y les doy todo ese amor incondicional que tengo para ellos.
Recuerdo cuando conocí a Andrés, viniendo a Madrid a pocas horas de abrir puertas para ver a All time low, y como en seguida conectamos muy bien. Es imposible que alguien se lleve mal con él. Es la persona con menos malicia, y más alegre y divertida que he conocido en mis 25 años. Recuerdo todas las veces que nos hemos visto, breve pero intensamente; la noche que nos pasamos hablando de Blindes, abriendo la memoria externa de fotos vergonzosas de Suso y Six, que nos dieron las 4 o 5 de la madrugada y él se levantaba a las 8 para ir a Cerdanyola a grabar con Txosse. Las cenas en Alicante pre o post-concierto en el puesto de comida rápida de al lado del Marea. O la vez que me llevó de chupitos y por poco no salgo viva. Nunca bebáis con Andrés, él no tiene fondo pero vosotros sí. Y gracias por recibirme tan bien en los conciertos y tratarme como si viviera allí, prestarme el micro un par de veces, y compartir tantos momentos.
¿Quién hará un poquito de rap en los conciertos si no es Andrés? Porque nadie canta la canción del Príncipe de Bel-Air como él. La calidad y saga de sus chistes malos la puede continuar Martín porque tienen un humor muy parecido. Pero todos echaremos de menos a nuestro bajista favorito animando a ese público entregado que siempre quiere cantar con Banana Duck, subirse al escenario, o incluso disfrazarse de banana.
Como tú me has dicho, ahora seguiremos juntos pero lo veremos todo desde la misma perspectiva y a todos nos encanta sentir que en el fondo no te has ido completamente.
Muchísima suerte en tu nueva etapa en la que, como amiga, me encantará verte alcanzar todos tus propósitos porque no te mereces nada menos que ser feliz en todas las etapas y proyectos de tu vida. Tú creaste junto a Suso y Six está pequeña pero gran familia, de la que vas a ser parte siempre, ya sea como espectador o como integrante de Banana Duck. Tú también eres Banana Duck.
Fdo: Sara Vaca Barjollo.
Página en blanco delante. Dos palabras como título.
Banana Duck.
¿Qué decir después de tanto? ¿Hay palabras para definirlo? Lo intentaré, se lo debo.
Hay gente que les definirá como una banda, un grupo de personas que son capaces de reventar cualquier sala en la que toquen, o reunir a un grupo de gente en una tienda de videojuegos, sentados en el suelo, sintiendo el acústico.
Pero eso también se me queda corto, posiblemente por el papel que han tenido en mi propia historia. En uno de mis momentos más oscuros, acabé una noche en la sala Marea Rock, buscando no pensar por un rato. Y aparecieron, dándome ese escape que necesitaba sin que ellos lo supieran. Pero fue más que eso: sus letras me tocaron de manera especial.
Con el tiempo, sus conciertos siguieron marcando momentos importantes en mi historia, y momentos de mi vida llevaron como banda sonora alguno de sus temas: canciones en el móvil, la letra de Intervención en la taquilla de mi lugar de lucha… Se hicieron un hueco en mi vida que yo tampoco esperaba que tuvieran, y llegaron para quedarse.
Cuantas noches de conciertos en los que se paraba el mundo, cuantas nuevas amistades, cuanta buena música, cuantas emociones. Y verles crecer. La noche que les conocí, tocando junto a Blowfuse, igual habían 30 personas en la sala. Y tiempo después, otro concierto, otra noche, todas las entradas vendidas. Y cuando ves todas esas cosas, te hinchas de orgullo al ver cuanta gente apuesta por esas personas a las que has cogido tanto cariño.
Por su sueño. Por su trabajo incansable. Y por su ilusión aún más grande. Pasaron de 3 a 4 con Martín. Y ahora vuelven a ser 3, al Andrés recoger su bajo y apagar su micro para empezar otro capítulo en su vida. Se vienen curvas, todos lo sabemos, pero ahí estaremos para demostrarles una vez más el poder de la música.
Y no penséis que Andrés se baja de esto. No podemos dejarle irse sin más, sin demostrarle el cariño, el agradecimiento por toda esta aventura. Y a quién pretendo engañar, le echaríamos de menos, haciendo el cabra, emocionándose cantando, con sus Alright! Y su piel de punta. Así que estoy segura de que le va a tocar ver desde abajo el Efecto Banana y dejarse la voz una vez más cantando esas letras que llevan su esencia.
Porque ya sea encima del escenario, reventando un pogo, cantando, sintiendo… todos somos Banana Duck.
Fdo: @andreea.rossi